Descripción
Este chupete era muy especial, ya que cada vez que Lucas lo chupaba, se abría un portal a un mundo fantástico lleno de sorpresas. En este mundo mágico, los árboles tenían forma de caramelos gigantes, el cielo estaba cubierto de algodón de azúcar y el suelo era de chocolate derretido. Era un lugar de ensueño para cualquier niño.
Un día, Lucas decidió explorar un área desconocida de Dulcilandia. Se aventuró más allá de los límites que solía conocer y se adentró en un bosque encantado. Allí, encontró una puerta gigante de caramelo que parecía ser la entrada a un reino secreto.
Sin pensarlo dos veces, Lucas sacó su chupete mágico y lo chupó con fuerza. En ese instante, la puerta se abrió, revelando un paisaje aún más increíble que cualquier otro que hubiera visto antes. Había cascadas de caramelo que fluían como ríos de dulzura, montañas de malvavisco y un sol radiante hecho de chicles de todos los colores.
Lucas se adentró en ese reino mágico y descubrió que estaba habitado por criaturas adorables, como hadas de azúcar y duendes de chocolate. Juntos, exploraron todos los rincones de aquel lugar mágico, saltando de nube de algodón en nube de algodón y deslizándose por toboganes de helado.
Pero como en toda gran aventura, también había desafíos. Lucas se encontró con el temible Rey de los Pasteles, quien quería quedarse con su chupete mágico para obtener poder infinito sobre Dulcilandia.
Lucas sabía que debía proteger su chupete, ya que era una fuente inagotable de felicidad y diversión.
Con valentía y astucia, Lucas logró engañar al Rey de los Pasteles y escapar de su reino. Volvió a su hogar en Dulcilandia, pero siempre recordaría aquel maravilloso mundo que descubrió gracias a su chupete mágico.
Desde aquel día, Lucas siguió explorando nuevas aventuras con su chupete, llevándolo consigo a todas partes. Sabía que, mientras lo tuviera cerca, siempre podría abrir las puertas hacia un universo lleno de dulces sueños y fantasía.
Y así, con su chupete mágico como su más fiel compañero, Lucas continuó viviendo emocionantes y azucaradas historias, mientras disfrutaba de la magia que solo los niños pueden encontrar en los lugares más inesperados.
Chupete elaborado con una tetina de silicona Skin Soft que se adapta perfectamente a la boca de tu bebé.
- Permite que la piel de su bebé respire
- 6 – 18 meses
- Anatómico y sin BPA
- Esterilízalo y guárdalo en una práctica funda: El estuche de viaje ultra air sirve también como esterilizador, por lo que solo tendrás que añadir un poco de agua y meterlo en el microondas. Así podrás asegurarte de que está limpio para el siguiente uso.
- Adorado por bebés de todo el mundo: cuando preguntamos a las madres cómo respondían sus pequeños a nuestras suaves tetinas de silicona, una media del 98% afirmó que su bebé aceptaba los chupetes ultra soft y ultra air de Philips Avent.
- Deja que la piel respire: Los orificios de aireación extragrandes ventilan la piel del bebé para mantenerla suave y seca.
- La textura ideal para una sensación de comodidad Todo en el chupete ultra air se ha diseñado para que sea ligero y cómodo, incluida la tetina suave como la seda.
- Respeta la forma natural del paladar, los dientes y las encías: Cuida el desarrollo oral de su pequeño con una tetina simétrica que respeta la forma natural de su paladar, dientes y encías.
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